Colección de Fondos 202512

Bajo el cielo invernal de Heidelberg, en Alemania, los puestos brillan con bolas de nieve que capturan el espíritu de la temporada en un mundo en miniatura. La Navidad, celebración cristiana de fe, luz y unión, nos invita a dar la bienvenida a la calidez y la alegría en los días más fríos del año. En todo el mundo, las velas iluminan los alféizares y las guirnaldas adornan casas y calles. Los árboles de hoja perenne lucen sus adornos, mientras los regalos esperan en silencio debajo.

En la mágica Nochebuena de Mallorca, un antiguo ritual ilumina la catedral de Santa María: el Canto de la Sibila. Este drama litúrgico de melodía gregoriana, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010, se interpreta cada 24 de diciembre durante la Misa de Gallo y las maitines de Navidad.

A medida que se acerca la Navidad, millones de personas adoptan costumbres que nos conectan con nuestras raíces o nos acercan a culturas completamente nuevas. En regiones nevadas, como los Alpes bávaros en Alemania, un paisaje cubierto de escarcha como el que se muestra en la imagen de hoy, las luces festivas brillan contra el frío del invierno.

A medida que se acerca la Navidad, cada atardecer se llena de un resplandor de luces festivas que nos preparan para la magia de la temporada. Ese mismo espíritu impregna “El Cascanueces”, una de las obras teatrales más queridas del mundo. La historia, ambientada en Nochebuena, comienza cuando Clara recibe un cascanueces como regalo. Al dormirse la familia, la niña inicia un viaje fantástico junto a su muñeco: lucha contra el Rey Ratón y recorre la maravillosa Tierra de los Dulces.

¿Alguna vez has sentido que la noche no iba a terminar? Eso es porque el solsticio de invierno está haciendo su magia. Hoy es un momento muy especial: la noche más larga del año y el día más breve en el hemisferio norte. En Asturias, el día durará casi 9 horas de luz, dejando una noche de poco más de 15 horas.

A medida que se acerca la Navidad, las lámparas en forma de estrella llenan balcones, escaparates y mercadillos navideños como en la Plaza Mayor de Madrid. Su luz atraviesa las largas noches de invierno y envuelve calles y hogares en alegría, color y una cálida sensación de unión. Detrás de estas decoraciones, sin embargo, hay una historia tan brillante como ellas.

Bormio es una localidad de montaña situada en Lombardía, al norte de Italia, enclavada en los Alpes y muy cerca del paso de Stelvio. Esta posición ha unido durante siglos a las comunidades de los valles alpinos y ha marcado su forma de vida, sus rutas y su historia. Su paisaje invernal refleja la altitud del entorno y el estrecho vínculo de la ciudad con los picos que la rodean.

En Suecia, el amanecer de diciembre tiene una luz especial: se filtra entre los árboles helados y tiñe el bosque de tonos dorados y azulados que parecen sacados de un cuento. A medida que se acerca el solsticio de invierno, los días se vuelven cada vez más cortos, y en los países nórdicos esta reducción de horas de luz transforma el ritmo diario. En algunas zonas del norte sueco, el sol apenas se asoma en esta época, lo que convierte cada rayo en un pequeño espectáculo natural.

¿Quién podría resistirse a esa carita suave? Una ardilla roja euroasiática se posa en una rama de pino nevada, agarrando una piña como si fuera su último tesoro. Estos pequeños acróbatas pasan el día recolectando nueces, semillas y hongos, dándose un festín en verano y tirando de sus reservas de conos en invierno.

Tienen barbas largas, sombreros rojos y un encanto especial para robar algo de protagonismo a Papá Noel cada Navidad. Son los gnomos, guardianes del folclore escandinavo que protegen hogares y granjas durante los largos inviernos. Agradecen un cuenco de avena en Nochebuena y, si no se les trata bien, pueden gastar alguna travesura. Hoy llenan los mercados españoles, como los de Madrid o Barcelona, con figuras únicas hechas de lana, fieltro y piel sintética.

¿Alguna vez te has preguntado cómo los canales cambiaron el desarrollo de las ciudades? Durante miles de años, las personas han construido vías de agua para mover mercancías, regular caudales y unir territorios. Desde la antigua Mesopotamia y Egipto hasta la Europa medieval, los canales transformaron urbes como Venecia y Brujas en potentes centros comerciales. Los Países Bajos llevaron esta idea aún más lejos: en el siglo XVII diseñaron canales que marcaron la forma de ciudades como Ámsterdam.

Pocas criaturas evocan tanta magia invernal como los renos, también llamados caribúes. En Laponia, donde su número supera al de las personas, estos animales recorren libremente bosques y tundras que parecen sacados de un cuento. Y hablando de cuentos, en España muchos recordamos a Rodolfo, el reno de la nariz roja, creado por Robert L. May, cuya historia ha acompañado a generaciones y sigue despertando sonrisas cada diciembre.

Toda obra maestra necesita un trazo que la una. En el Parque Nacional de Yosemite, en Estados Unidos, ese trazo es el río Merced, que refleja acantilados de granito, bosques de pinos y cascadas en su superficie. Considerado un río salvaje y escénico, nace en lo alto de la Sierra Nevada y desciende unos 230 km hacia el valle de Yosemite antes de llegar al Valle Central de California.

Brillante, audaz y tan roja como la nariz de Rudolph, la flor de pascua reclama ser el centro de atención cada diciembre. Antes de convertirse en un adorno imprescindible, este arbusto recorrió un largo camino. Mucho antes de aparecer en nuestros salones, crecía de forma silvestre en México, donde los aztecas la empleaban para tintes y medicinas. En la década de 1820, el diplomático estadounidense Joel Roberts Poinsett quedó fascinado por su belleza y la envió a su país, iniciando su fama mundial.

Cada 11 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Montañas, una jornada para reconocer la grandeza de los picos que dan forma a nuestro planeta y los glaciares que sustentan la vida. Desde los Alpes hasta el Himalaya, las montañas cubren casi una cuarta parte de la superficie terrestre, albergan al 15 % de la población mundial y concentran casi la mitad de los puntos clave de biodiversidad. El Monte Everest, con más de 8.800 metros de altura, simboliza la aspiración humana y la belleza natural.

La Mezquita-Catedral de Córdoba es una de las grandes maravillas de España y un símbolo de la historia y la cultura andaluza. Su origen se remonta a una iglesia visigoda que, en el año 784, fue transformada por Abd al-Rahman I, fundador del Emirato Omeya de Córdoba, en una espléndida mezquita. Su impresionante sala hipóstila, con más de 850 columnas y arcos rojos y blancos, crea un bosque de piedra que asombra a quienes la visitan.

Si las llamas son las estrellas tranquilas de los Andes, los guanacos son los espíritus libres de la Patagonia. Pertenecen a la misma familia de camélidos que las llamas, las alpacas y las vicuñas, aunque prefieren mantenerse en estado salvaje. Habitan sobre todo en Argentina, Chile, Perú y Bolivia, y están perfectamente adaptados a la vida en las alturas: su espeso pelaje los protege del frío y sus patas acolchadas les permiten desplazarse con soltura por terrenos rocosos que harían dudar incluso a una cabra montés.

Cuando los reflejos del Lago de Como, en Italia, brillan más que las estrellas, sabes que la Navidad ha llegado a Domaso. Este antiguo pueblo de pescadores se transforma cada invierno en un escenario lleno de luz: las casas de tonos pastel, las iglesias históricas y las villas junto al lago se visten con cintas luminosas que crean una estampa mágica.

En diciembre, los bosques de Alsacia, en la región francesa del Gran Este, se envuelven en un suave velo de niebla, como si la naturaleza contuviera el aliento antes del invierno. Entre pinos silvestres y abetos plateados, el suelo cubierto de musgo amortigua cada paso, y el silencio parece casi sagrado. Estos bosques, que cubren cerca del 40 % del territorio alsaciano, albergan una rica biodiversidad: corzos, jabalíes, pájaros carpinteros negros e incluso el esquivo lince, que ha regresado tras décadas de ausencia.

Cada 6 de diciembre, España celebra el Día de la Constitución, una jornada que conmemora la aprobación en referéndum de la Constitución de 1978, la norma que marcó el inicio de la democracia moderna en el país. Ese día, los ciudadanos recuerdan los valores de libertad, justicia e igualdad que sustentan nuestra convivencia.

En un tranquilo valle del oeste de Honduras se alzan las ruinas de Copán, una de las joyas de la antigua civilización maya. Su cielo servía como brújula y calendario, guiando templos, rituales y el ritmo de la vida. Hacia el año 426 d. C., K’inich Yax K’uk’ Mo’, un guerrero del corazón maya, fundó la ciudad y estableció una dinastía que convirtió a Copán en un centro de arte, astronomía y poder.

En la Reserva Nacional Maasai Mara, en el suroeste de Kenia, un guepardo observa la sabana desde lo alto de un montículo de termitas. Su cuerpo ágil puede alcanzar más de 100 km/h, lo que lo convierte en el mamífero terrestre más rápido del planeta. Sus patas largas, su columna flexible y su fuerte cola le permiten moverse con precisión y equilibrio durante la caza.

Cada 3 de diciembre, Navarra celebra su día grande: el Día de Navarra, una jornada que une tradición, cultura y orgullo por una tierra de contrastes. La fecha rinde homenaje a San Francisco Javier, patrón de la comunidad, cuya figura simboliza la entrega y la esperanza. Durante este día, pueblos y ciudades se llenan de música, danzas y actividades para todas las edades, desde ferias artesanales hasta conciertos y exposiciones que muestran la riqueza del patrimonio navarro.

Cada diciembre, al amanecer, un coro de llamadas resonantes llena los humedales del Refugio Nacional de Vida Silvestre Bosque del Apache, en el corazón de Nuevo México, Estados Unidos. Este santuario de más de 23 mil hectáreas se prepara para acoger uno de los espectáculos más emocionantes de la naturaleza: el regreso de las grullas canadienses tras su largo viaje estacional. Pronto, decenas de miles de gansos nivales y otras aves migratorias se unen al espectáculo, llenando el cielo de vida y movimiento.

Algunas imágenes capturan los grandes actos de la naturaleza, pero otras —como un arco natural tallado en un iceberg antártico— revelan aún más: el delicado equilibrio entre el inmenso poder y la frágil belleza que nos rodea.