Antes de existir el GPS, formaciones como Scotts Bluff, en Nebraska (Estados Unidos), servían de guía para los pioneros que cruzaban el país rumbo al oeste. Este monumento natural tiene unos 12 kilómetros cuadrados de superficie y destaca por sus altos acantilados, formados hace millones de años por capas de ceniza volcánica, arenisca y limolita. Alberga formaciones como Dome Rock, Eagle Rock y Saddle Rock, a las que se puede acceder por senderos panorámicos.